Nuestro cuerpo no es una máquina perfecta y, de tanto en tanto, se ve aquejado por alguna molestia pasajera que no amerita la consulta de un profesional.
Nos referimos por ejemplo al malestar que sentimos a la mañana siguiente después de una borrachera, o la indigestión tras un comida excesiva, a una picadura o a un simple rasguño en la piel que nos hacemos accidentalmente.
Si eres fan de tomar medicamentos solo cuando son absolutamente necesarios, siempre puedes recurrir a las plantas medicinales que, quizás sin saberlo, tengas en tu jardín o que puedes plantar de exprofeso (¡muchas pueden vivir felices en el balcón o en un estante cerca de la ventana con los cuidados adecuados).
Recuerda que estos son consejos útiles cuando se trata de males menores, pero ante la duda, o si el problema persiste o se trata de algo más serio, siempre debes consultar a un médico.
Si tienes dudas, no la utilices porque puede tratarse de otra especie que puede llegar a ser venenosa.
1. Cortes leves, rasguños y heridas superficiales
En estos casos, Fowler recomienda hacer un emplasto (triturando las hojas y en algunos casos las raíces de la planta limpia) de Llantén menor o siete venas (P. lanceolata) y llantén mayor (P. major).
Esta pasta, dice la horticultora, ayuda a la cicatrización y también alivia la picazón producida por insectos.
Ambas plantas crecen en Europa, América del Norte, América Latina y Asia occidental y suelen aparecer en terrenos secos o en los bordes de los caminos.
Según un estudio publicado en la revista "Avances en dermatología y alergología", esta planta perenne tiene propiedades astringentes que se relacionan con la presencia de taninos, emolientes y propiedades suavizantes vinculadas a la presencia también de propiedades antiinflamatorias.
2. Cardenales o moretones
Para estos casos -y también para las ocasiones en que un mal movimiento nos produce dolor muscular- Fowler sugiere un emplasto de hojas de Symphytum officinale.
Esta planta, que en inglés se conoce como "common comfrey" y que pese a ser originaria de Europa hoy se consigue en muchos lados, es ideal en estas situaciones.
Fowler recomienda cubrir la zona afectada y envolverla con papel film para que no deje manchas.
3. Estómago revuelto y resaca
En opinión de la horticultora, nada mejor que un té de menta coreana (Agatache rugosa) para el día después de una borrachera: calma el dolor de cabeza y ayuda a apaciguar el estómago.
Pero como se trata de una planta que no es tan fácil de conseguir, mejor pasar a su segunda recomendación: té de hoja de limón o melisa (Melissa officinalis).
La experta explica que calma las náuseas, la indigestión y ayuda a relajarnos.
No obstante, aclara que no deben consumirlo con regularidad las personas que sufren de la tiroides.
4. Hinchazón e indigestión
"Las semillas de hinojo, comino y eneldo son carminativos y ayudan a la digestión", dice Fowler en su columna en The Guardian.
Triturando las semillas se puede preparar una infusión. Fowler explica que es importante cubrir el té (con un tapa en la tetera o un plato, si lo preparamos en una taza) para mantener intactas sus propiedades.
Según un cuadernillo informativo del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido, tanto el té de hinojo como el de manzanilla y menta piperita pueden ayudar a combatir las flatulencias.
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